jueves, 11 de junio de 2015

Cicatrizar y Pensar

How I felt after finishing this season

Desde la lesión del pie derecho comenzó a cambiar mi óptica de la rutina, de mis planes y deseos, de mis deberes. La lesión del pie derecho -la que algunos, incluso yo, considerará exagerada y estúpidamente longeva- influyó indirectamente en el knock-out que sufrí a finales de tercer semestre. En una segunda vuelta contra Microeconomía, Hal Varian -el Adam Smith de la Googleeconomía reza la contraportada del libro, y el profesor, fui apuñalado con guardia descubierta, cogeando del pie y mirando al cielo. Aquellas vacaciones de invierno no fueron terribles, tampoco oscuras, pero de un mareo prolongado y de cicatrización. Fue un final de perdidas, abandoné el primer equipo de fútbol del que forme parte, me desinterese por conocer a una mujer que me gustaba mucho, troné una clase que consideró la columna vertebral de mi carrera, perdí temporalmente la posibilidad de jugar fútbol, la posibilidad de correr. Las explosiones que escuchaba esos días pensaba eran las columnas de mi vida, de mis proyectos... a meses de esas explosiones pienso que los sonidos que tambaleaban mis tímpanos eran sino el derrumbamiento de la ilusión de la infalibilidad.


Tomando las armas para un nuevo semestre sentía la resaca de las vacaciones. Sentía inseguridad en mis decisiones, ¿me llevaría a otro knock-out?, ¿otra lesión? No podría soportar otra combinación de golpes. Pero tenía certeza en mi primera determinación del año: no seguir así. ¿Así? Tenía consciente que  debo trabajar en mi psique, en mi personalidad. Por ejemplo: desalojar o expulsar a los intrusos; aquellos pensamientos ociosos que perturban mi mente. Mi propósito sería introducirme en las entrañas de mi mente -tarea difícil- reconstruir los daños que causé en mi adolescencia al abandonar la infancia y camino al la madurez. Rediseñar algunos de los paradigmas bajo los cuales había aprendido a comportarme y pensar, a relacionarme con los demás. Reconfigurar las disposiciones de mi mente a un nuevo escenario, donde los ángeles guardianes te sueltan de la mano. Al menos esas eran mis consideraciones para este semestre, en el que más que hacer fue de pensar. Rediseñar, reconfigurar, reconstruir... ¿qué cosa? Caso contrario, este semestre ha sido de pensar. Suponía esto un desperdicio, pues mi pragmatismo me lo indica y el pasado reciente. A mi juicio había pasado mucho tiempo de ocioso. Y fue así, pero incluso el ocio puede ser constructivo. Yo dedicaba mi ocio a jugar a la play, fantasear con enfermedades, tirarme en mi cama, ver Los Capitanes o Fútbol Picante. No conforme con esto me acuchillaba que no hacia nada. Recién en estas vacaciones valoro ligeramente mi tiempo libre y comienzo a buscar cuál es la mejor estrategia para disfrutarlo. En fin, mi diario, la correspondencia y la terapia fueron mis herramientas para reflexionar. Para que esto me adentre en esa misteriosa virtud de la disciplina, bastante poderosa que requiere de paciencia -otra virtud misteriosa para la época- y de voluntad. 

Las lecciones que me deja el semestre son muchas, ¡qué va!, las de toda la temporada. Rondan estas al autoconocimiento, que en un principio pensaba era un concepto barato de psicología. ¡Grave error! No quería darme cuenta que esta era un mecanismo de defensa del guardia que custodia el inconsciente -así lo cuenta Freud- para no atravesar esa puerta. La sensación de llegar ahí es cuando llegas al ático o el clóset donde guardas aquello que no recuerdas, donde está aquello que te genera una extrañeza. Ni siquiera sabías que estaba ahí. Y sigues sacando recuerdos, experiencias, atas cabos y generas imágenes, modelos cual Caja de Pandora, no quieres que se acabe. Yo aún me encuentro en ese ático, buscando quien soy. A veces tengo miedo de abrir algunas cajas, no quiero reconocerme en lo que hay ahí. Me encuentro con partes mías que quiero tirar o negar, sin embargo están ahí. Y al reconocerlas, hay responsabilidad sobre lo que haga con ellas, al fin que he pasado del no sé que sé al ya sé que sé. Me desempolvaré estas vacaciones bastante.

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